Entendemos que cada niño/a forma parte de una cultura y contexto familiar determinado, con una historia de vida, un ser completo, capaz, único e irrepetible.
Un niño con iniciativa propia, explorador, espontáneo, transparente, impulsivo, creativo y feliz. Con una visión diferente a la del adulto, que necesita tiempo para observar el mundo que le rodea, y con capacidad para construir y ser el protagonista de su propio aprendizaje.